A veces nos parece que nuestras fuerzas flaquean, que nuestra mente se enturbia, que en el vaivén de nuestra noria el corazón se marea; sin embargo, sabemos, sentimos, que Tú eres nuestra fortaleza. ¡Todo parece tan lento, tan contradictorio!, pero, como Juan, el discípulo amado, permítenos apoyar nuestra cabeza en tu pecho y al sentir tu abrazo misericordioso, pedirte, Señor, que aceptes nuestras limitaciones, alivies nuestros cansancios, fortalezcas nuestra debilidad,… Anhelamos que, como lluvia, tu esperanza, consuelo y alivio inunde nuestros corazones, y nos haga ver que el amor es más fuerte que el dolor. Anhelamos que, a pesar del Getsemaní de nuestros sufrimientos, cuando la angustia atenaza el pecho, seamos capaces de responder a tu llamada, y hacer tu voluntad. Gracias, Señor, por ser luz que guía nuestro caminar, que no nos ciega ante el sufrimiento, sino todo lo contrario, iluminas nuestra oscuridad y aunque no seamos conscientes de ello nos ayudas a ser luz para el que sufr...
Virgen consagrada. Licenciada en farmacia y en estudios eclesiásticos, máster en pastoral de la salud, bioética y cuidados paliativos. Acompaño en el límite, en la escucha y en la presencia. Profesional del SAER y docente en San Juan de Dios. ✉️ @pasbiopal