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Mostrando entradas de octubre, 2011

EL ARTE DE LA ORACIÓN

En este pequeño y enjundioso libro, dos puntos significativos llaman la atención desde el principio: el entender el orar como un arte y la enseñanza ineludible de la Biblia en relación a la oración. Y es que orar es un arte. Y por ello, nos dice el autor, es algo que se aprende. La necesidad de orar, la posibilidad de orar, el perfeccionamiento de todo ser humano mediante la oración, son dones que lleva consigo cada uno desde su nacimiento. Constituye, además, una finalidad que nos define a todos incluso en nuestro aspecto corporal. Y sin embargo no debe extrañarnos que orar nos resulte costoso. Y hemos de tener claro que esta vocación no se logra en solitario. La capacidad real no se alcanza sin esfuerzo y ejercitación; y como cualquier práctica, necesitamos de la guía de personas que sean más experimentadas que nosotros. Puntos importantes pues todos ellos que hemos de tener en cuenta. Y la Biblia nos enseña a orar. Lo hace discretamente. Pero lo importante es que al enseñarnos a ora...

Cómo no fiarme de ti.

    Cómo no fiarme de Ti,    si con amor sin límites me amas,    si a mi lado siempre estás,    incluso cuando te doy la espalda.    Me atraes día a día    con misericordia infinita    que si una mirada,    que si una palabra,    que si un mendrugo de pan    o unas gotas de agua. Y el calor empieza a inundarme, no se nota; pero Tú lo sabes, los colores sonrojan mi cara; y el saberte y sentirte cerca hace que la adrenalina se dispare ¿es que estaré enamorada? Qué te pasa me preguntan -nada, no pasa nada- sonrío anonadada porque sé que a mi lado estás, en el pobre, en el enfermo, en el que necesita paz: -nada, no pasa nada-. Cómo no fiarme de Ti, si alojado en nuestros corazones estás.   Norka C. Risso Espinoza

Señor, perdóname...

Señor, perdóname , por mi falta de caridad, me has concedido unos dones y yo me los he apropiado, míos, sólo míos, y me olvido de multiplicarlos. Señor, perdóname , por agachar la cabeza cuando tengo que dar la cara por tus predilectos cuando veo que los están aniquilando cuando escucho sus lamentos y no hago nada para remediarlo. Señor, perdóname , porque parece, que tanto amar me harta, para qué, me pregunto, si es más fácil estar de paso, y no me percato, que el amor libera, me hace salir de mí, para darme a mis hermanos. Señor, perdóname , por mis desánimos y cansancios, parece que el mal va venciendo, que todo va al revés y no caigo en la cuenta, que Tú eres nuestro Redentor, y que al final, hay que decir «feliz la culpa» como en El Exultet . Norka C. Risso Espinoza

ORANDO CON «LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO» (Jn. 11,1-44)

Señor Jesús, normalmente nos pasa como a Tomás, « si no veo, no creo », parece que constantemente estamos necesitando pruebas…; sin embargo, en esta ocasión, Juan no nos quiere narrar tanto esos signos externos, como los internos, de hecho deja el gran milagro para el final, y empieza narrándonos los pequeños milagros de la vida, la fragilidad del ser humano ante el sufrimiento de los otros, ante el sufrimiento de la humanidad. Jesús, esa es la ventaja de degustar el Evangelio de Juan, es tan minucioso, tan detallista, que no se olvida de los pequeños-grandes detalles, y así es como, en esta ocasión, podemos verte por dentro, podemos sentirte,… podemos ver cómo te conmueves, cómo te turbas y derramas lágrimas, al igual que cualquier otro hombre, ante la realidad de las miserias humanas, y más si se trata de un ser querido. Me imagino que conmoverte, turbarte, y derramar lágrimas también te pasó con tu padre José; pero, en este caso, se trata de Lázaro, aunque en realidad, a ti lo que p...

Virtudes capitales, hacia una vida humana plena

La vida moral incluye bastante más que las obligaciones, las prohibiciones y los pecados. Hacen falta virtudes, aceptación interna de los grandes valores e ideales morales, y sensibilidad para captar los valores que están en juego en las diferentes situaciones de la vida. Y es que si se pierde la noción de virtud, de la misma manera se pierde también el sentido de pecado. Estas páginas quieren ayudarnos a llamar al bien (y al mal) por su nombre, a conocerlo y reconocerlo, pero, sobre todo, a recordar los ingredientes fundamentales sin los cuales resulta imposible una vida humana plena y de calidad. Este Pliego se iba a titular Pecados capitales. Pero eso significaba centrar nuestra atención en el pecado y, por ello, presentar una moral negativa, cuando lo importante es hablar de salvación, de realización y felicidad humana, de orientación positiva hacia el bien, de tal manera que nuestras palabras sirvan de estímulo, orientación y renovación de la vida personal y comunitaria. Como escr...

A ESO...

A eso de caer y volver a levantarse, de fracasar y volver a comenzar, de seguir un camino y tener que volver atrás, de encontrar el dolor y tener que afrontarlo. A eso…, no le llames adversidad, llámale; “Sabiduría” A eso de sentir la mano de Dios y saberte impotente, de fijarte una meta y tener que seguir otra, de huir de una prueba y tener que encararla, de planear un vuelo y tener que recortarlo, de tener y no saber, de avanzar y nunca llegar. A eso…, no le llames castigo, llámale; “Enseñanza” A eso de pasar juntos días radiantes, días felices y días tristes, días de soledad y días de compañía. A eso…, no le llames rutina, llámale; “Experiencia” A eso de que estés pasando por momentos de prueba y que tu alma irradie deseos de vida y tu corazón ame… A eso…, no le llames casualidad o accidente, llámale; “Voluntad Divina” A eso, de que tus ojos estén leyendo este mensaje, que te sientas escuchado y especial… A eso…, no le llames interés o química, llámale; “Amor” José Luis Prieto en “R...