Queridos hermanos y amigos sacerdotes, En este sagrado Jueves Santo, me dirijo a vosotros con profundo afecto y gratitud por vuestra noble labor como ministros sacerdotales de la Iglesia Católica. Vuestra entrega y servicio son faros de luz en medio de la oscuridad, guiándonos en nuestro camino de fe. Vuestra cercanía y disponibilidad para escucharnos y acompañarnos en cada etapa de nuestras vidas son un tesoro invaluable que apreciamos profundamente. Sois pan que se parte y se reparte para alimentar nuestro espíritu, testimonio vivo del amor de Dios en nuestras vidas. En vuestro ejemplo de humildad y servicio encontramos motivación para seguir buscando la presencia de Dios en nuestras vidas y servir a los demás con amor y entrega. En momentos de alegría, compartís nuestra felicidad; en momentos de tristeza, estáis a nuestro lado ofreciendo consuelo y esperanza. Sabemos que vuestro camino implica sacrificios y desafíos, pero también esperamos que encontréis consuelo y fortaleza...
Virgen consagrada. Licenciada en farmacia y en estudios eclesiásticos, máster en pastoral de la salud, bioética y cuidados paliativos. Acompaño en el límite, en la escucha y en la presencia. Profesional del SAER y docente en San Juan de Dios. ✉️ @pasbiopal