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Mostrando entradas de noviembre, 2023

Jesús Sacramentado

Jesús Sacramentado, amor sin medida, misericordia que cura, luz que guía. En tu presencia, las heridas se cierran, infinito amor, paz que nos libera. Tu mirada es bálsamo que sana, en la Eucaristía, tu gracia emana. Las heridas del alma encuentran alivio, en tu misericordia, hallamos el camino. Eres el consuelo en nuestras aflicciones, en tu amor, encontramos las soluciones. Jesús Sacramentado, fuente de perdón, cicatrizas nuestras heridas con tu compasión. @pasbiopal

La amistad, tesoro de vida compartida

  En el rincón del alma donde la luz titila, se gesta el poema de la reconciliación, un verso que teje puentes sobre la bruma, un canto que abraza, suave como canción.   En el tejido de la paz interior, se entrelazan los hilos de la serenidad, un manto que envuelve el corazón herido, sanando las heridas con su calma en verdad.   La empatía, dulce melodía del alma, resuena en cada latido, como un eco suave, espejo que refleja los sentires ajenos, tejiendo lazos que el tiempo no deshace.   En el jardín de la asertividad florece, una flor que habla con sinceridad y tacto, palabras que construyen, no destruyen, un puente de entendimiento, fuerte y exacto.   Bajo el abrazo, refugio de almas errantes, se encuentra el consuelo en su cálido lazo, dos seres que se encuentran, reconcilian, se funden en cariño, como en un abrazo.   La amistad, tesoro de la vida compartida, es un faro que guía en la oscuridad, un la...

No estoy sola, Tú caminas a mi lado

No estoy sola, Tú caminas a mi lado.   En la danza de la tristeza, me encontré, una melodía que acaricia, pero no me rompe. Aunque me sienta ignorada, como una brisa, en mi interior despierta la fuerza que me asiste.   En las sombras de la duda, encuentro luz, un destello que ilumina mi propia virtud. Quizás pisoteada por la incertidumbre, pero mis pasos marcan una nueva senda.   Siento la bruma de la desvalorización, pero en mi corazón florece la determinación. No soy solo una nota en el silencio, sino un verso resiliente, un eco de resplandor.   Aunque el desánimo toque a mi puerta, abro las ventanas a la esperanza descubierta. En cada lágrima, encuentro fuerza renovada, un compromiso con mi propia alma empoderada.   Desde la tristeza surge mi propósito, como un pétalo que se abre en un jardín hermoso. Ninguneada, pero no derrotada, en mi interior, la confianza es cultivada.   Deseo destilar lo mejor...