¡Bendito seas, Señor, por tu infinita bondad; porque pones con amor sobre espinas de dolor rosas de conformidad!. ¡Qué triste es mi caminar!... Llevo en el pecho escondido un gemido de pesar, y en mis labios un cantar para esconder mi gemido. Tú sólo, Dios y Señor, Tú, que por amor me hieres; Tú, que con inmenso amor, pruebas con mayor dolor a las almas que más quieres. Tú sólo lo has de saber; que sólo quiero contar mi secreto padecer a quien lo ha de comprender y lo puede consolar. ¡Bendito seas, Señor, por tu infinita bondad, porque pones con amor, sobre espinas de dolor, rosas, rosas de conformidad!... Será el dolor que viniere en buena hora recibido. Venga, pues que Dios lo quiere... ¿Qué me importa verme herido si es mi Dios el que me hiere?. Yo no me quejo, Señor; yo sé que es goce el dolor si se sufre por amar, y el padecer es gozar si se padece de amor. Yo quiero sufrir, Señor; quiero por amor gozar la dulzura del dolor; quiero hacer mi vida altar de un sacrificio de amor. Viv...
Virgen consagrada. Licenciada en farmacia y en estudios eclesiásticos, máster en pastoral de la salud, bioética y cuidados paliativos. Acompaño en el límite, en la escucha y en la presencia. Profesional del SAER y docente en San Juan de Dios. ✉️ @pasbiopal