Ir al contenido principal

Cuaresma 2014: en la enfermedad

Pronto vamos a dar inicio al tiempo de cuaresma, ya nos vamos preparando para ello, por lo menos con el material que nos ayudará a vivir este tiempo, un tiempo de renovación interior, porque es lo que tiene la cuaresma, que nos lleva a la sanación, nos lleva a la VIDA. Como católicos no tiene sentido para nosotros hablar de cuaresma si no pensamos en la pascua.

La cita bíblica que ha utilizado el Papa Francisco en su mensaje para la Cuaresma de este año es «Se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza» y nos afirma a lo largo de su mensaje que «la pobreza de Cristo que nos enriquece consiste en el hecho que se hizo carne, cargó con nuestras debilidades y nuestros pecados, comunicándonos la misericordia infinita de Dios. Y es que la pobreza de Cristo es la mayor riqueza, esa confianza ilimitada en Dios Padre, es encomendarse a Él en todo momento. A imitación de nuestro Maestro, los cristianos estamos llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas.»

Cuaresma es un caminar durante cuarenta días, el inicio del camino, esos cuarenta días para la Pascua, se inicia el Miércoles de Ceniza (5 de marzo) con la imposición de la ceniza y con una invitación a creer en el evangelio, la mesa de la que también se alimentan nuestros enfermos, cunado por cualquier motivo no pueden alimentarse con la Eucaristía.

Si empezamos a dar pasos lo primero que nos encontramos es a San Juan de Dios (8 de marzo), un ejemplo de hacerse pobre para enriquecernos con su pobreza, un buen samaritano que previamente fue uno de tantos tirados en la cuneta, al que llamaron loco, y que nos guía en este camino cuaresmal, nos invita a que «hay que darlo todo por el todo, que es Jesucristo» (Primera carta a la Duquesa de Sesa), además ya nos avisa él, de cara al primer domingo de cuaresma, que «el diablo nos ataca tendiéndonos lazos y redes en los que caigamos y tropecemos, para impedirnos hacer el bien y practicar la caridad» (segunda carta a la Duquesa de Sesa). Habrá que estar en vela, de eso saben mucho los enfermos, y sus familiares, cuántas noches en vela, en oración por el enfermo y con el enfermo.

En el primer domingo de Cuaresma (9 de marzo) nos encontramos con el ‘HOMBRE’, el hombre que es tentado, y aprendemos con Jesús, que las tentaciones no son malas en si, son hasta necesarias, porque nos hace personas maduras. ¡Cuanto de esto tendrían que contarnos nuestros enfermos!, ¡cuántas tentaciones a lo largo de su enfermedad! y sin embargo aprender a crecer en paciencia, en humildad, en oración, en fe.

En el segundo domingo de Cuaresma (16 de marzo) nos encontramos con la experiencia de DIOS en el Tabor. El Tabor, es el lugar donde nuestros enfermos llegan después del traginar diario, a descansar de los dolores y del sufrimiento, lugar de encuentro con Dios que los abraza con su bondadosa misericordia, son momentos de dicha, de esperanza que les ayuda a mantenerse en la noches y en las penas. Estos momentos de teofanía no son perennes, pero dejan huella en los corazones de nuestros enfermos.

En el tercer domingo de Cuaresma (23 de marzo) nos encontramos con el AGUA de la samaritana, una simbología de que el hombre siempre tiene sed, independientemente de su situación; podríamos decir que en sí el hombre es sed, ya que siempre está insatisfecho, y más nuestros enfermos, que como mínimo tienen sed de salud y también sed de amor, del Dios amor; por tanto, su sed es infinita y Cristo, el agua viva que puede saciar esa sed.

En el cuarto domingo de Cuaresma (30 de marzo) nos encontramos con la LUZ, la ceguera de este hombre simbolizaría los momentos de enfermedad, en los que se dan muchas noches, en ocasiones muy densas, se espera con ansia que llegue el alba para dar gracias por el nuevo día, se siente la necesidad de la luz de Cristo y de ser nosotros luz, se necesita esa luz material que lleve luz al corazón. Aquí entra en juego la importancia de las miradas. Se dan como tres necesidades: ver a Jesús, ver como Jesús y también de ser luz.

En el quinto domingo de Cuaresma (6 de abril), la secuencia de la resurrección de Lázaro nos ofrece un canto a la VIDA. Es cierto que la muerte está allí, que camina a la sombra de la vida; la enfermedad se puede considerar una muerte física, pero también suele venir acompañada de la muerte psicológica por la tristeza o por la soledad, o la muerte sociológica ocasionada por la inadaptación, o la muerte espiritual por la dureza de corazón. Y en todas está el Espíritu de Dios que es vivificante, que puede remover todas las losas de nuestros sepulcros.

Norka C. Risso Espinoza

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un año nuevo, un horizonte nuevo: vivir la esperanza

  ¡Feliz Año 2025, Año del Jubileo de la Esperanza! Comenzamos un nuevo año cargado de promesas, un tiempo para mirar al futuro con ilusión y abrazar el presente como un don de Dios. Todo lo que hemos vivido, con sus alegrías y aprendizajes, nos impulsa hacia un 2025 lleno de posibilidades. Este momento, en el que dejamos atrás un año y nos preparamos para abrazar uno nuevo, nos invita a detenernos. No para quedarnos atrapados en el pasado, sino para mirar todo lo vivido con gratitud: lo bueno, lo difícil, lo inesperado. Dios nos ha acompañado en cada paso, sosteniéndonos aun cuando quizás no lo percibíamos, y en su amor infinito, nos sigue impulsando hacia adelante. " Dad gracias en toda circunstancia, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús " (1 Tesalonicenses 5, 18). Que la gratitud sea la llave para abrir nuevas puertas. Que la esperanza nos impulse a soñar sin límites. Que la alegría y el amor guíen cada uno de nuestros pasos. Que la conf...

El valor de las acciones junto al de nuestras palabras

Había una vez un humilde carpintero que vivía en un pequeño pueblo. Sus manos eran expertas en tallar la madera, y con paciencia y amor creaba muebles que duraban generaciones. La gente del pueblo lo elogiaba constantemente. "¡Qué hermoso trabajo haces!", le decían. "Tus mesas son las mejores que hemos visto". Pero, cuando se trataba de encargar un nuevo mueble, muchas veces preferían a otros carpinteros del pueblo o compraban muebles de menor calidad en otros lugares. El carpintero escuchaba los halagos, pero pronto se dio cuenta de que, a pesar de las bonitas palabras, no se le tenía en cuenta cuando realmente importaba. Poco a poco, empezó a sentir que no valoraban su trabajo. Se dio cuenta de que no era cuestión de escuchar lo que decían, sino de observar lo que hacían. "No me sirve de nada que me digan que mis muebles son los mejores, si luego buscan a otros para hacerlos" , pensaba. Un día, tras reflexionar en oración, decidió tomar una decisión imp...

Más allá del espejo: el autoconcepto en la mirada de Dios

Últimamente me han definido de una manera que me ha herido, y eso me ha llevado a cuestionarme mi autoconcepto. Vivimos rodeados de opiniones, etiquetas y expectativas . Desde que nacemos, la mirada de los demás va moldeando la imagen que tenemos de nosotros mismos. A veces, nos reconocemos en ese reflejo; otras, nos sentimos ajenos a él. Nos preguntamos si somos lo que los demás dicen, lo que proyectamos, lo que hacemos… Pero, ¿es esa nuestra verdad más profunda? Para descubrirnos de verdad, hay una pregunta que puede cambiarlo todo: ¿Quién dice Dios que soy? Su mirada es la única que nos ve con absoluta claridad, sin distorsiones ni condiciones. En ella encontramos la respuesta que da sentido a nuestra identidad. La construcción del autoconcepto: una mirada desde la fe Hay momentos en la vida en los que sentimos la necesidad de hacer silencio y preguntarnos: " ¿Quién soy realmente? " No quién dicen los demás que somos, ni la imagen que proyectamos, sino lo que en...