La historia de la mujer sirofenicia en Marcos
7, 24-32 nos deja una poderosa lección de perseverancia y fe. Como
ella, enfrentamos desafíos en nuestro camino, pero al mirar más allá de los
obstáculos, descubrimos que la gracia de Dios nos impulsa a
alcanzar lo aparentemente imposible.
Cuando la mujer sirofenicia persistió, incluso aceptando las
"migajas" que caían de la mesa, demostró una fe inquebrantable. Así
también, en nuestras vidas, a veces las bendiciones pueden parecer pequeñas,
como esas migajas de pan. Pero recordemos que esas migajas son prueba
del amor y la misericordia de Dios.
Al desafiar juntos los límites, crecer en fe y superar obstáculos,
abrazamos la idea de que nuestras aspiraciones son posibles con la gracia de
Dios. No subestimemos el valor de cada paso, por pequeño que sea, ya que cada
migaja de bendición nos acerca a la plenitud de nuestros sueños.
Que enfrentemos valientemente nuestros desafíos, confiando en que, con
la gracia de Dios, cada esfuerzo nos acerca a la realización de lo imposible.
Así, inspirados por la mujer sirofenicia, podemos perseverar con fe, sabiendo
que incluso las migajas de bendición son testimonios de un amor
divino que nos guía en nuestro viaje.
@pasbiopal
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