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Aspectos del acto de fe

Fe como objeto y contenido
Sería el objeto material de la fe, tradicionalmente la “fides quae” (CREDO DEUM: Creo en Dios).

El objeto de la fe no es una verdad abstracta sino el ser personal de Dios (Jn 17, 3); por eso el acto del que cree no se agota en meras formulaciones sino que tiende a la relación personal.

El contenido esencial de la fe es Jesucristo, Hijo de Dios (Mc 8, 20). Cristo como objeto de la fe y, a la vez, como fundamento de la misma.

Fe como adhesión personal
Es el objeto formal de la fe, la “fides qua” (CREDO DEO: Creo a Dios).

Dios, testigo de la fe, garantiza la verdad de la Revelación. En definitiva creemos por la autoridad del Dios que revela, porque Dios da testimonio de sí. Este testimonio de Dios se expresa, según Sto. Tomás, en la vocación interior (mediante la mente, por la iluminación) y por medio del corazón (por la inspiración); y se manifiesta mediante la Palabra (Dios habla en Cristo y a través de la Iglesia) y mediante los signos.

Fe como diálogo del hombre con Dios
En analogía a lo que es e implica el diálogo interhumano (deseo de confidencia, comunicación, comunión interior).

Desde la eternidad existe la intención de Dios de revelarse al hombre; y Dios se sirve de medios humanos porque el hombre tiene necesidad de cosas sensibles. Cuando el hombre responde a esta llamada de Dios lo hace con la adhesión de la fe, cuya consecuencia es un nuevo modo de ser y de actuar.


Norka C. Risso Espinoza

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