A pesar del paso del tiempo,
¡tanto de ellos sigue existiendo entre vosotros...!
Guardáis algunas cosas suyas
como un asidero para la memoria
y una prueba para atenuar la erosión del olvido.
Ellos continúan mirando a través de vuestros ojos,
en ellos se transparenta el color de los suyos.
En los rasgos de vuestro rostro
se dibuja la dulzura y melancolía de su sonrisa;
su código genético esta cifrado en cada célula de vuestro cuerpo;
su alma pervive en la vuestra.
Los que se nos fueron
se nos hacen presentes en nuestros insomnios
y nos piden que repitamos su nombre,
que sigamos contando cómo vivieron y cómo murieron.
Pensar en nuestros difuntos
es asegurar la supervivencia
de aquellos a quienes se ha amado,
es un deber de la memoria agradecida.
Desconozco el autor.
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