Ir al contenido principal

Nuevo año lleno de esperanza


 En la danza del reloj, entre luces que destellan,

se tiñe el cielo de sueños, esperanzas que destellan.

Año nuevo se abre ante nosotros, como un lienzo en blanco,

con la fe como faro, guiando nuestro paso franco.

 

En el rincón del corazón, brota la caridad,

como un río sereno, que fluye en sinceridad.

La salud, tesoro incalculable, en la pastoral cuidamos,

con manos unidas, a los enfermos abrazamos.

 

En este umbral que se abre, como puerta al porvenir,

la ilusión nos envuelve, como manto a sonreír.

Con amor como guía, tejemos un destino,

entre abrazos que sanan y risas que son divino.

 

Las campanas repican, anuncian nuevos días,

donde la fe se alza, cual sol que no declina.

Esperanza en cada paso, como estrella que guía,

iluminando sendas donde el alma se fía.

 

En este año que amanece, como aurora dorada,

tejamos puentes de amor, en la vida compartida.

Que la caridad sea puente, uniendo corazones,

donde el bien y la paz sean eternos campeones.

 

En la pastoral de la salud, manos que sanan rezan,

con esperanza en la mirada, y la fe como lanza.

Que la luz del amor, sea faro en la tormenta,

donde la caridad abraza y el alma se alimenta.

 

Que el nuevo año sea canto, melodía de unidad,

donde el amor sea guía, en cada nueva verdad.

Con fe en el horizonte, ilusiones que florecen,

que la salud y la paz, en cada alma prevalezcan.

 

Así, entre versos y anhelos, recibimos el nuevo día,

con la certeza de que el amor todo lo guía.

Año nuevo, como hoja en blanco, se despliega,

con la firme creencia de que la vida siempre juega.


@pasbiopal





Comentarios

Entradas populares de este blog

Un año nuevo, un horizonte nuevo: vivir la esperanza

  ¡Feliz Año 2025, Año del Jubileo de la Esperanza! Comenzamos un nuevo año cargado de promesas, un tiempo para mirar al futuro con ilusión y abrazar el presente como un don de Dios. Todo lo que hemos vivido, con sus alegrías y aprendizajes, nos impulsa hacia un 2025 lleno de posibilidades. Este momento, en el que dejamos atrás un año y nos preparamos para abrazar uno nuevo, nos invita a detenernos. No para quedarnos atrapados en el pasado, sino para mirar todo lo vivido con gratitud: lo bueno, lo difícil, lo inesperado. Dios nos ha acompañado en cada paso, sosteniéndonos aun cuando quizás no lo percibíamos, y en su amor infinito, nos sigue impulsando hacia adelante. " Dad gracias en toda circunstancia, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús " (1 Tesalonicenses 5, 18). Que la gratitud sea la llave para abrir nuevas puertas. Que la esperanza nos impulse a soñar sin límites. Que la alegría y el amor guíen cada uno de nuestros pasos. Que la conf...

Resonancias: Cuando el fruto aún no se ve, pero el Espíritu ya está

En pasbiopal queremos compartir contigo esta reflexión: Enseñar Se dice que el Espíritu enseña todo, y es cierto: enseña con silencios, con intuiciones, con ese olfato interior que ayuda a discernir lo que alimenta y lo que no. Pero también se aprende con palabras, con contenidos, con aquellos saberes que, lejos de estorbar, afinan la sensibilidad. Hay quienes descubren a Dios en un gesto sencillo, y hay quienes necesitan primero ponerle nombre a las cosas para reconocer su sabor. A veces, para saber si algo huele a Evangelio, antes hay que haber olido muchas cosas. Y eso también se enseña. Porque el corazón, cuando se forma bien, no está reñido con la inteligencia; se afinan mutuamente. Recordar Se dice que el Espíritu recuerda lo bello, no lo que hiere. Y ojalá fuera siempre así. Pero a veces el recuerdo llega mezclado, y en él laten tanto la belleza como la ausencia. Hay recuerdos que curan y otros que reclaman. Y está bien: no todo lo que duele es ajeno a Dios. A veces el mis...

Más allá del espejo: el autoconcepto en la mirada de Dios

Últimamente me han definido de una manera que me ha herido, y eso me ha llevado a cuestionarme mi autoconcepto. Vivimos rodeados de opiniones, etiquetas y expectativas . Desde que nacemos, la mirada de los demás va moldeando la imagen que tenemos de nosotros mismos. A veces, nos reconocemos en ese reflejo; otras, nos sentimos ajenos a él. Nos preguntamos si somos lo que los demás dicen, lo que proyectamos, lo que hacemos… Pero, ¿es esa nuestra verdad más profunda? Para descubrirnos de verdad, hay una pregunta que puede cambiarlo todo: ¿Quién dice Dios que soy? Su mirada es la única que nos ve con absoluta claridad, sin distorsiones ni condiciones. En ella encontramos la respuesta que da sentido a nuestra identidad. La construcción del autoconcepto: una mirada desde la fe Hay momentos en la vida en los que sentimos la necesidad de hacer silencio y preguntarnos: " ¿Quién soy realmente? " No quién dicen los demás que somos, ni la imagen que proyectamos, sino lo que en...