Ir al contenido principal

Cantico del Anciano

Dichosos los que me miran con simpatía.


Dichosos los que comprenden mi lento caminar.


Dichosos los que hablan en voz alta para minimizar mi sordera.


Dichosos los que estrechan con calor mis manos temblorosas.


Dichosos los que se interesan por mi lejana juventud.


Dichosos los que no se cansan de escuchar las historias que con frecuencia repito.


Dichosos los que comprenden mi falta de cariño.


Dichosos los que me regalan parte de su tiempo.


Dichosos los que se acuerdan de mi soledad.


Dichosos los que me acompañan en el sufrimiento.


Dichosos los que alegran los últimos días de mi vida.


Dichosos los que me acompañan en el momento del paso.


Cuando entre en la vida sin fin me acordaré de ellos ante el Señor.


Autor desconocido

Comentarios

  1. ESTIMADA NORKA:

    ¡BUENAS TARDES Y FELIZ JORNADA! ¡TE FELICITO POR TU BLOG Y POR TU TRABAJO COMO AGENTE DE PASTORAL! Como colega tuyo de profesión creo que es un acierto lo que compartes, por una parte responde a lo que dice Jesús: "GRATIS HABÉIS RECIBIDO, DADLO GRATIS" y el proverbio hindú que sale al inicio del libro de Dominique Lapierre "LA CIUDAD DE LA ALEGRÍA" EDITORIAL PLANETA: "TODO LO QUE NO SE DA, SE PIERDE". Sobre el cántico del anciano te diré que en mi casa tengo una pintura que me hizo el marido de una paciente que vivió el final de su enfermedad y su muerte en el Centro en que se ve a una anciana mirando al cielo y pone la inscripsción: "LA MIRADA SIEMPRE HABLA DEL CORAZÓN". Ojalá tengamos la mirada de Jesús para mirar a l@s ancian@s y a toda persona. Un fuerte abrazo:
    IÑAKI

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Un año nuevo, un horizonte nuevo: vivir la esperanza

  ¡Feliz Año 2025, Año del Jubileo de la Esperanza! Comenzamos un nuevo año cargado de promesas, un tiempo para mirar al futuro con ilusión y abrazar el presente como un don de Dios. Todo lo que hemos vivido, con sus alegrías y aprendizajes, nos impulsa hacia un 2025 lleno de posibilidades. Este momento, en el que dejamos atrás un año y nos preparamos para abrazar uno nuevo, nos invita a detenernos. No para quedarnos atrapados en el pasado, sino para mirar todo lo vivido con gratitud: lo bueno, lo difícil, lo inesperado. Dios nos ha acompañado en cada paso, sosteniéndonos aun cuando quizás no lo percibíamos, y en su amor infinito, nos sigue impulsando hacia adelante. " Dad gracias en toda circunstancia, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús " (1 Tesalonicenses 5, 18). Que la gratitud sea la llave para abrir nuevas puertas. Que la esperanza nos impulse a soñar sin límites. Que la alegría y el amor guíen cada uno de nuestros pasos. Que la conf...

El valor de las acciones junto al de nuestras palabras

Había una vez un humilde carpintero que vivía en un pequeño pueblo. Sus manos eran expertas en tallar la madera, y con paciencia y amor creaba muebles que duraban generaciones. La gente del pueblo lo elogiaba constantemente. "¡Qué hermoso trabajo haces!", le decían. "Tus mesas son las mejores que hemos visto". Pero, cuando se trataba de encargar un nuevo mueble, muchas veces preferían a otros carpinteros del pueblo o compraban muebles de menor calidad en otros lugares. El carpintero escuchaba los halagos, pero pronto se dio cuenta de que, a pesar de las bonitas palabras, no se le tenía en cuenta cuando realmente importaba. Poco a poco, empezó a sentir que no valoraban su trabajo. Se dio cuenta de que no era cuestión de escuchar lo que decían, sino de observar lo que hacían. "No me sirve de nada que me digan que mis muebles son los mejores, si luego buscan a otros para hacerlos" , pensaba. Un día, tras reflexionar en oración, decidió tomar una decisión imp...

Más allá del espejo: el autoconcepto en la mirada de Dios

Últimamente me han definido de una manera que me ha herido, y eso me ha llevado a cuestionarme mi autoconcepto. Vivimos rodeados de opiniones, etiquetas y expectativas . Desde que nacemos, la mirada de los demás va moldeando la imagen que tenemos de nosotros mismos. A veces, nos reconocemos en ese reflejo; otras, nos sentimos ajenos a él. Nos preguntamos si somos lo que los demás dicen, lo que proyectamos, lo que hacemos… Pero, ¿es esa nuestra verdad más profunda? Para descubrirnos de verdad, hay una pregunta que puede cambiarlo todo: ¿Quién dice Dios que soy? Su mirada es la única que nos ve con absoluta claridad, sin distorsiones ni condiciones. En ella encontramos la respuesta que da sentido a nuestra identidad. La construcción del autoconcepto: una mirada desde la fe Hay momentos en la vida en los que sentimos la necesidad de hacer silencio y preguntarnos: " ¿Quién soy realmente? " No quién dicen los demás que somos, ni la imagen que proyectamos, sino lo que en...