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¿Teoría de la verdad?

El problema de la verdad ha supuesto una cuestión fundamental a responder durante toda la historia del pensamiento. Ha sido abordado desde múltiples corrientes de pensamiento y se han ofrecido respuestas igual de dispares acerca de la posibilidad o no de alcanzar la verdad. El hombre no se ha conformado con mirar al horizonte sin preguntarse por la veracidad de todo aquello que lo rodea, le afecta y conoce.

La existencia del hombre es del todo ininteligible separada de la verdad. Una vida humana sin nada que ver con la verdad es, sencillamente, lo más opuesto a la vida humana. Porque la verdad es conciencia y es sentido. La vida humana aparece como quehacer, como realización de un para que, y por tanto, eso que llamamos verdad, tiene que patentizar la finalidad de la existencia humana, en un presente concreto que emerge del pasado histórico.

La verdad hace referencia a las tres dimensiones de la temporalidad humana:

- Aletheia: significa lo que no está oculto, se refiere sólo a las cosas y en el presente.
- Veritas: apunta a la exactitud y el rigor en el decir, el derecho juzga hechos pasados.
- Emunah: de donde viene amén, es asentimiento, me fío, es la verdad de las personas, significa fidelidad y confianza por el futuro.

La verdad se desplaza del objeto a lo que se dice de los objetos, a ser una propiedad de nuestro conocimiento. Conocer es interpretar los datos de la experiencia y está relacionado con el concepto de realidad, es verdadero lo que concuerda con la realidad de los hechos.

Otra forma de ver la verdad se basa en el acuerdo del pensamiento consigo mismo, o lo que es lo mismo, la ausencia de contradicción; no basta con saber qué entendemos por verdad, hay que saber cuándo un enunciado es verdadero o falso, no todo lo que parece que es, es realmente.

El criterio de verdad ha cambiado mucho en la filosofía. Después de desconsiderar la pura evidencia como método de criterio de verdad, llegamos a la conclusión de que necesitamos certezas indudables, o al menos seguras a largo plazo, pero también llegamos a la conclusión de que no es posible que exista un único criterio de verdad, sino que más bien es necesaria una pluralidad de criterios. En definitiva, ninguna teoría en absoluto, ni empírica ni apriórica permite ilustrar en sus fundamentos qué es la verdad.


Norka C. Risso Espinoza

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