Ir al contenido principal

Tengo miedo



Tengo miedo, Señor,
miedo de mis miserias,
miedo de no ser como debo ser,
miedo de encontrarme con la soledad humana.
 
Tengo miedo Señor,
de que me puedas pedir más de lo que puedo dar,
de darme en la incomprensión,
de entregarme sin más, en un vacío
en el que no sé lo que hay.
 
Tengo miedo Señor,
de encontrar donde no busco
y donde busco no encontrar nada,
miedo de poder llevar mi lógica aplastante
a un mundo que gira en torno a lo ilógico.
 
Tengo miedo, Señor,
de ser consciente que puedo y debo darte todo
¿quién me amparará en mis necesidades?
¿y si Tú no estás, qué sería de mí?
Entonces ¿por qué tengo miedo?
 
Tengo miedo Señor,
de equivocarme y volver a retroceder
de vaciarme y quedarme vacía,
de estar en la nada, en el vacío y en la soledad
en la compañía que no acompaña,
en el fuego que no quema,
de beber el agua que no sacia la sed,
de comer el alimento que no sacia al hombre.
 
Tengo miedo, Señor,
y el miedo me angustia,
quiero pensar que no es desconfianza,
que no es desamor.
 
¿Señor, a qué tengo miedo?
acaso a encontrarme conmigo misma
a mirarme en el espejo y ver que
detrás de todo el borderío hay un ser humano
que te ama locamente e inmensamente,
sin demostrarlo abiertamente
por no querer ser la rareza incluso en medio de los que te aman,
por no querer ser la incomprensión en medio de los sabios,
por no querer decir que eres Tú el único que me ha colmado.

#pasbiopal @pasbiopal

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un año nuevo, un horizonte nuevo: vivir la esperanza

  ¡Feliz Año 2025, Año del Jubileo de la Esperanza! Comenzamos un nuevo año cargado de promesas, un tiempo para mirar al futuro con ilusión y abrazar el presente como un don de Dios. Todo lo que hemos vivido, con sus alegrías y aprendizajes, nos impulsa hacia un 2025 lleno de posibilidades. Este momento, en el que dejamos atrás un año y nos preparamos para abrazar uno nuevo, nos invita a detenernos. No para quedarnos atrapados en el pasado, sino para mirar todo lo vivido con gratitud: lo bueno, lo difícil, lo inesperado. Dios nos ha acompañado en cada paso, sosteniéndonos aun cuando quizás no lo percibíamos, y en su amor infinito, nos sigue impulsando hacia adelante. " Dad gracias en toda circunstancia, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús " (1 Tesalonicenses 5, 18). Que la gratitud sea la llave para abrir nuevas puertas. Que la esperanza nos impulse a soñar sin límites. Que la alegría y el amor guíen cada uno de nuestros pasos. Que la conf...

Resonancias: Cuando el fruto aún no se ve, pero el Espíritu ya está

En pasbiopal queremos compartir contigo esta reflexión: Enseñar Se dice que el Espíritu enseña todo, y es cierto: enseña con silencios, con intuiciones, con ese olfato interior que ayuda a discernir lo que alimenta y lo que no. Pero también se aprende con palabras, con contenidos, con aquellos saberes que, lejos de estorbar, afinan la sensibilidad. Hay quienes descubren a Dios en un gesto sencillo, y hay quienes necesitan primero ponerle nombre a las cosas para reconocer su sabor. A veces, para saber si algo huele a Evangelio, antes hay que haber olido muchas cosas. Y eso también se enseña. Porque el corazón, cuando se forma bien, no está reñido con la inteligencia; se afinan mutuamente. Recordar Se dice que el Espíritu recuerda lo bello, no lo que hiere. Y ojalá fuera siempre así. Pero a veces el recuerdo llega mezclado, y en él laten tanto la belleza como la ausencia. Hay recuerdos que curan y otros que reclaman. Y está bien: no todo lo que duele es ajeno a Dios. A veces el mis...

Más allá del espejo: el autoconcepto en la mirada de Dios

Últimamente me han definido de una manera que me ha herido, y eso me ha llevado a cuestionarme mi autoconcepto. Vivimos rodeados de opiniones, etiquetas y expectativas . Desde que nacemos, la mirada de los demás va moldeando la imagen que tenemos de nosotros mismos. A veces, nos reconocemos en ese reflejo; otras, nos sentimos ajenos a él. Nos preguntamos si somos lo que los demás dicen, lo que proyectamos, lo que hacemos… Pero, ¿es esa nuestra verdad más profunda? Para descubrirnos de verdad, hay una pregunta que puede cambiarlo todo: ¿Quién dice Dios que soy? Su mirada es la única que nos ve con absoluta claridad, sin distorsiones ni condiciones. En ella encontramos la respuesta que da sentido a nuestra identidad. La construcción del autoconcepto: una mirada desde la fe Hay momentos en la vida en los que sentimos la necesidad de hacer silencio y preguntarnos: " ¿Quién soy realmente? " No quién dicen los demás que somos, ni la imagen que proyectamos, sino lo que en...